sábado, 9 de marzo de 2013

¿Por qué coleccionar historia postal?

El primer paso al acercarnos a la filatelia siempre fueron los sellos usados. Todos los coleccionistas hemos empezado despegando sellos de los sobres que se recibían en casa, o de los sobres que nos regalaban amigos y familiares. Con ese tótum revolútum de sellos de diferentes épocas y paises, comenzabamos a ordenar nuestra colección empleando los criterios más dispares: colores, tamaños, temática, valores faciales...

Personalmente nunca me había planteado coleccionar historia postal hasta que me decanté por los matasellos y marcas postales. En un sello usado puede verse con mayor o menor nitidez el matasellos, pero en la mayoría de las ocasiones estará incompleto. Esa es la razón que me llevó a comenzar mi modesta colección historia postal.

Hablar de historia postal es como hablar de "coleccionismo de sellos". Es una misma cosa y 100 distintas por los diferentes elementos en los que centrarse: matasellos, marcas postales, tipos de sobre (envíos comerciales, de empresa, muestras sin valor), tarifas... A esto hay que sumarle las distintas etapas dentro del correo de cualquier país y las diferentes circunstancias particulares como, por ejemplo, el reciente cambio introducido por correos indexando las cartas.

1845. Correspondencia de Alaejos a Valladolid
En historia postal existen 2 períodos: el prefilatélico (desde la aparición del correo hasta 1850 en el caso de España) y el filatélico (hasta hoy). Con el primer período no hay discusión posible porque el primer sello de correo en nuestro país no se emitió hasta el día de año nuevo de 1850, pero desde entonces hasta hoy sí que cabe preguntarse si no habría que hacer alguna distinción más debido a la aparición de los franqueos mecánicos y los FPO (Franqueo Pagado en Oficina) que parecen devolvernos a aquella época.

2013. Envío certificado remitido mediante FPO

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